viernes, 19 de septiembre de 2008

Entrar al lugar menos indicado

Como diría El Solitario, hola a todos. Nuevamente ando por estos lares y me esfuerzo por sacar algunos minutos pata teclear frente la pantalla. Aunque lo prometido es deuda y la narración sobre mi experiencia en Palestina está pendiente, voy a hacer una pequeña reflexión sobre una noticia que vi ayer. Resulta que en Manizales, una ciudad de Colombia, un ladrón se metió a robar en una casa con tan mala suerte que allí vivían varios expertos en artes marciales. Como pueden imaginar los que no han leído la noticia, al amigo de lo ajeno le dieron la del pulpo y después lo entregaron a la Policía. Imagino que en la cárcel debió ser el hazmereír del resto de presos para colmo, que probablemente le regalarían alguna peli de Jackie Chan a ver si se le pegaba algo y tenía mejor suerte en su próximo asalto. En fin, que muchas veces corremos el riesgo de estar en el lugar equivocado a la hora equivocada, y aunque el protagonista de este post lo pagó con unos golpes y un arresto, a otros les sale mucho más caro. Un saludo.

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